“Ni el tiro del final te va a salir”. Con esta frase del tango “Desencuentro” de Cátulo Castillo y Aníbal Troilo se puede describir lo que fue la tarde para los dirigidos por Cayetano Rodríguez.
Una tarde en donde al azul le faltó inteligencia, tranquilidad y, por sobre todas las cosas, suerte, entre otras cosas.
Es casi banal hacer la síntesis del partido, ya que basta con decir que Sportivo patió dos veces al arco: Una de tiró libre, que resolvió bien Villa y otra en el segundo tiempo cuando el CAEL estaba jugado al ataque. Mientras que El Linqueño llegó más diez veces claramente al arco verde.
Sin embargo, el monologo azul no mostró el buen fútbol que despliega habitualmente de local. El león llegó innumerable cantidad de veces, pero siempre desordenado, impreciso, nervioso, con poco fútbol y pocas ideas pero con mucho corazón y empeño. Por momentos parecía que estaba más apurado por hacer el segundo gol que el primero y eso le jugó una mala pasada.
Por útlimo, con respecto a lo futbolístico, el albizul mereció ganar ampliamente pero no lo pudo plasmar en el marcador.
Seguramente habrá reproches, bronca y aprendizajes de los últimos seis partidos (Sobre todo el de ayer), pero los análisis para criticar habrá que hacerlos cuando las aguas mermen y los decibeles sentimentales, hoy alterados, bajen.
De lo que no quedan dudas es que todos dejaron todo. Que nadie se guardó nada, por eso el equipo se fue aplaudido por la gran mayoría.
Por otra parte, y esto que quede claro que es la opinión del Blog: este proyecto fútbolistico y empresarial merece continuidad porque desmotró ser serio.
Cada uno sacará sus propias conclusiones.
