Este Blog está hecho desde Bs. As por hinchas del CAEL y usamos este espacio para sentirnos, a pesar de la distancia, cerca del Azul. Solo resta decir: NO TRATEN DE ENTENDERNOS.

jueves, 24 de mayo de 2007

Te espero en casa Gualeguaychú


El equipo de nuestra ciudad perdió 3 – 2 ante Juventud (Gualeguaychú) y se trajo un buen resultado de la provincia de entre Ríos, con el sabor amargo que se escapó el empate faltando 2 minutos. El domingo vuelve Rivoire.


El Linqueño se trajo un buen resultado de Gualeguaychú pensado en la revancha que se jugará el domingo en el Leonardo Costa. El equipo dirigido técnicamente por Hernán Meske arrancó impreciso en los primeros 15 minutos, sobre todo a la hora pasar el balón. Esto provocó que Juventud tenga la posesión del esférico y complique en cada ataque la valla defendida por César el “Mono” Vallejos. Los locales supieron leer el juego y aprovecharon en cada avance el vacío que se generaba a las espaldas de Diego Romera.
A los 12 minutos, luego de un centro de Acosta al primer palo, Facundo Garmendia abrió el marcador. El Linqueño salió en la búsqueda del empate y tuvo una situación muy clara en los pies del medio campista oriundo de la localidad de Roberts Germán Díaz, que reventó el travesaño con derechazo de sobre pique.
El clima que se vivía en la cancha era tenso, pero eso no provocaba susurros en la parcialidad linqueñista, que a pesar de la derrota, no paraba de alentar.
El conjunto de nuestra ciudad iba una y otra vez, pero esto también traía problemas, ya que quedaba desprotegido y mal parado en la zona defensiva. De esta manera finalizaron los primeros 45 minutos.
El segundo tiempo arrancó similar al primero, pero con la diferencia que Juventud golpeó más temprano. Al minuto y medio de juego el equipo de la ciudad de los carnavales más famosos del país estiraba la ventaja a dos tantos de la mano de Iván Bonzi, luego de un centro de Ezequiel Fiorotto que había robado el balón en la mitad de la cancha, después de una mala salida albiazul.
Los dirigidos por Meske fueron en busca del descuento y lo lograron en el minuto 8 con un certero cabezazo del chaqueño Barbosa, luego de una perfecta asistencia de Martín García. Al minuto, después del gol, Meske mandó a la cancha a Luciano Millares que no tardó en generarle dolores de cabeza a la defensa celeste.
A partir de ahí el partido se hizo de ida y vuelta, hasta que el arbitro del partido Sosa en un insólito hecho, por no decir lamentable, lo expulsa por doble amarilla al central Lucas Cañón, cuando este no había sido amonestado en ningún momento del encuentro. Luego del grosero error se hizo un tumulto alrededor del árbitro, que fue rodeado por los jugadores linqueñistas que le trataban de explicar que los que estaban amonestados eran Pablo Zárate, Andrés Alonso y Diego Romera y no Cañón. Lejos de dar el brazo a torcer y admitir su error, el árbitro hizo dispersar a los jugadores linqueñistas por medio de la policía y reinició el juego.
Luego de este horroroso hecho protagonizado por la terna arbitral rosarina fue donde apareció la mística, la garra, el corazón de este que equipo que no se da por vencido, ni aún vencido, y con el envión anímico del descuento fue a buscar la igualdad.
Después de las dos “trompadas” (los dos goles) que parecían mortales, los azules encontraron el descuento y cuando se quiso levantar, ahí vino la tercer “trompada” la más dura, la injusta expulsión de Cañón que dejó mal herido al El Linqueño, pero el león se puso de pie nuevo, el león herido se transformó en un arma de doble filo para el equipo local, porque no lo que no me mata me fortalece, dice la frase… y así fue.
Juventud llegaba, pero la mayoría de las veces con remates de larga distancia que pasaban cerca de los postes de Vallejos. A los 34 minutos cuando el aliento de la Nº1 era incesante y las banderas azules y blancas ondeaban en lo más alto del cielo de Gualeguaychú, llegó el heroico empate con una excelente definición de Martín García, luego de una extraordinaria avivada de Antonelli, que advirtió que estaba en off side y se quedó parado desentendiéndose de la jugada, luego de la asistencia de Millares. Todo era fiesta en la tribuna visitante donde se encontraban las casi 100 personas que se habían movilizado desde Lincoln y de Capital Federal, si leíste bien de Capital Federal, los integrantes de la peña 6 de Junio se trasladaron en maza hasta Gualeguaychú en una combi, lo que se trasformó en un hecho histórico e inédito en la historia del club, ya que nunca antes una maza de gente había partido desde otra ciudad, que no se sea Lincoln, a alentar al equipo.
El partido se iba y por momentos parecía que el equipo que tenía un jugador menos era Juventud. El Linqueño lo pudo ganar cuando “Lucho” Millares desparramó a dos jugadores de Juventud sobre la banda izquierda y lanzó el centro al ras de suelo que no alcanzó a conectar Antonelli en el área chica. Faltaban 3 minutos y era todo alegría, pero luego de otro error arbitral, esta vez del asistente, que no levantó la bandera cuando el delantero estaba en un clarísimo fuera de juego y a los 43 minutos puso el definitivo 3 – 2.
El Linqueño se fue ovacionado del Estadio Municipal de Gualeguaychú y con un buen resultado para definir en casa.